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Software o hardware?

Aquí siempre surge la gran cuestión: ¿merece la pena pagar lo que vale un calibrador de pantalla?. La respuesta, en mi opinión, es sencilla: depende de lo importante que sea para cada cual tener el monitor bien calibrado. Si es importante, ni lo dudaría. Puedo aseguraros que la diferencia entre ambos sistemas puede ser notable, principalmente porque los calibradores miden el color real de los primarios del monitor y la curva de respuesta, mientras que por software es imposible medirlo. Esto parece invalidar completamente este tutorial, pero no es así. Se puede calibrar razonablemente bien un monitor por software, aunque no llegará a ser como por hardware.

 

Software: cuestión de economía

Utilizar software para calibrar el monitor es la primera opción. Es lo mínimo que se debe utilizar. Existen diversos programas para calibrar monitores, a veces muy diferentes entre sí, pero todos permiten ajustar el parámetro más importante: la gamma. En este tutorial mostraré los que me parecen más interesantes: el Adobe gamma y el Monitor Calibration Wizard. Ambos tienen sus pros y contras.
El adobe gamma permite la mayoría de ajustes y crea un perfil de color, pero no permite ajustar finamente luces, semitonos y sombras.
MCW sí permite ajustar toda la gama tonal, pero no crea un perfil de color. Como siempre, la perfección no existe, pero hay esperanzas: en la pagina del MCW, su autor anuncia que está preparando una versión 2.0 con muchas e interesantes novedades.

La mejor opción es aprovechar lo mejor de ellos y tratar de suplir sus carencias con lo que explico en este tutorial.

 

Hardware: un ojo que no se deja engañar

La gran ventaja del calibrador por hardware es que mide realmente lo que el monitor muestra y no se basa solo en ajustar parámetros por software que pueden o no acabar ajustados como creemos que quedan al hacerlo por software. Además, es mucho más preciso, mide la curva tonal y los primarios del monitor. Y una de sus mejores ventajas es que no se deja engañar por el entorno. Tanto si el escritorio es claro como si es oscuro o de color fucsia, calibrará siempre igual. Es decir, es un ojo electrónico que no se deja engañar fácilmente.
No he probado muchos modelos; sólo algunos de GretagMacbeth. Según se comenta, el EyeOne Display (unos 440 €) es de lo mejorcito, pero no he podido cotejarlo con otros. Eso sí, también es de los más caros. Con el EyeOne Pro es con el que he podido conseguir mejores resultados, especialmente en cuanto a la neutralidad del gris. El único inconveniente es que cuesta más de 3000 €...

Puedes ver precios de la gama EyeOne en Casanova foto.


EyeOne Display funcionando

Si se tiene uno de estos calibradores, no se necesita este tutorial, aunque sí es de mucha utilidad el apartado sobre el ajuste del negro. Esto es porque los calibradores, incluso los mejores, no consiguen ajustarlo a la perfección. En esto el ojo humano todavía es superior.
Bien, vistos los preámbulos, pongámonos manos a la obra.

NOTA: El orden en el que explico los pasos tiene su importancia y conviene seguirlo tal cual. Alterarlo tiene consecuencias en el resultado que, aunque no son graves, sí que impiden que quede lo mejor posible. Eso sí, el paso que viene justo después tiene que ser necesariamente el primero.

 

Descargar cualquier perfil anterior

Antes de comenzar a calibrar, hay que asegurarse de que el monitor no tiene en este momento ningún otro perfil o calibración activa. Para ello, conviene comprobar dos cosas:

1- Que no haya en el menú inicio ningún ítem relacionado con calibración, tal como Adobe Gamma o eColor. Si lo hubiera, entonces, bórralo haciendo clic derecho sobre ese ítem y pulsando en Eliminar. Esto prevendrá que se cargué nuevamente.
2- Ve a la ventana de Propiedades de pantalla (igual que antes), a la pestaña Configuración, luego pulsa en el botón Opciones avanzadas y finalmente en la nueva ventana a la pestaña Administración del color. Si allí hay algún ítem en la lista de "perfiles de color asociados actualmente con este dispositivo", selecciónalo y pulsa Quitar. Hecho esto, cierra todas las ventanas y reinicia el ordenador.

 

Ajuste de la temperatura de color

Empecemos ajustando la temperatura de color del monitor.

Este ajuste es sencillo por software, así como por hardware, aunque entretenido en este último caso.
La mayoría de monitores tienen varios ajustes posibles de la temperatura de color, que suelen ser los siguientes:

1- Tres preajustes diferentes: 5000, 6500 y 9300 K.
2- Temperatura ajustable sin preajustes.
3- Ajuste fino de los tres cañones por separado. Es el más fino de todos y también el más difícil de afinar. Es prácticamente imposible de ajustar bien sin un calibrador de pantalla y aún así es fácil que se pierda luminosidad del blanco y por tanto contraste.
4- Algunos modelos de gama alta tienen también ajustes de ganancia de cada cañón y pueden incluso limitarse a sRGB, cosa que veo una incongruencia, salvo para casos muy muy específicos.

Entra en el menú del monitor y ve al apartado Color:

Dependiendo del modelo que tengas verás más o menos ajustes, como es lógico. A menos que tengas un calibrador, ajusta la temperatura a 6500 K mediante preajustes y déjalo así.

 

Ajuste del negro

Uno de los parámetros más difíciles de ajustar es el negro. También es verdad que ningún programa (que yo conozca) utiliza un método adecuado para ajustarlo a la perfección. Ni siquiera los calibradores por hardware consiguen hacerlo del todo bien, como he podido comprobar. Por ello, creo que lo mejor es hacerlo manualmente utilizando un método bastante sencillo e increíblemente efectivo.

El ajuste del negro es el ajuste del voltaje mínimo que se envía a los cañones del monitor. Este voltaje tiene que ser tal que cuando la señal que se envíe a la pantalla corresponda a negro puro, se vea tan negro como sea posible. Pero este ajuste conlleva cierta dificultad porque si nos pasamos, estaremos haciendo negros valores ligeramente más altos que el que corresponde a R=0, G=0 y B=0.

El mejor método que he encontrado es el descrito por Timo Autiokari en su página, que es de visita recomendada. Yo no explico su mismo método, prefiero hacer unas ligeras variaciones.

Primero ajusta el contraste del monitor al máximo. Para ello tendrás que entrar en el menú del propio monitor, al que se accede a través de los botones que tiene en su parte frontal. Navega por él hasta encontrar el ajuste de contraste y súbelo al máximo, como en esta imagen:

Una vez subido, comprueba si tal como está te resulta molesta el blanco. Abre alguna foto que contenga luces y blancos en Photoshop y decide. Si su luminosidad es molesta, bájalo hasta un nivel que sea cómodo. Resta decir que este ajuste debe hacerse con todos los pasos previos ya terminados: luz de la sala tenue, monitor funcionando durante media hora, cristal limpio, etc...
Ahora viene la parte "difícil"...

 

Modificando la geometría

Para ajustar correctamente el voltaje mínimo que comentaba antes, hay que hacer algunas modificaciones en la geometría de la imagen. Entra de nuevo en el menú del monitor y ve al apartado tamaño de la imagen:

donde debes reducir el tamaño a lo ancho y alto hasta ver el final del barrido electrónico del cañón. Yo normalmente sólo lo hago a lo ancho, porque ya he visto que con mi monitor no hace falta hacerlo en ambos sentidos. Si a ti también te funciona así, pues perfecto.
Seguramente te estás preguntando qué narices es eso del "final del barrido electrónico del cañón". Bien, lo mejor es que lo veas con ilustraciones. Abre Photoshop y en él alguna imagen que tenga de media una luminosidad media y luego entra en el menú del monitor y ve al apartado tamaño de la imagen:

ahora tienes que reducir la imagen, por lo menos horizontalmente, hasta llegar a ver el final de la imagen proyectada sobre la pantalla:

En esta otra imagen se puede ver con claridad. Fíjate que cuando se deja de ver la ventana de Photoshop, se aprecia una granja vertical gris oscura y, más hacia el borde finalmente se ve negro. Bien, pues esa banda oscura pero no negra es donde todavía hay barrido electrónico pero no hay imagen porque el escritorio se acaba antes. Ahora ya tenemos todo listo para el ajuste del negro; sólo hay que ir reduciendo el nivel de brillo hasta que ambos negros sean prácticamente iguales. Retorna al menú de ajustes de luminosidad y contraste:

y comienza a reducirlo hasta que consigas que prácticamente se igualan. Ojo, ten cuidado de no pasarte de largo, porque hará que pierdas detalle en los negros. Como el ajuste final es tan delicado, sube y baja el nivel de luminosidad varias veces hasta que no te quede duda:

Bien, pues ya tienes ajustado el punto negro.

 

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