CANON A-1

La Canon A-1 es una SLR de 35mm de aquellas que, como dicen los más veteranos en esto de la fotografía, "ya no se hacen". ¿Porqué? Pues porque reúne aquellas características que más agradan a los aficionados avanzados y a los profesionales, salvando, como siempre algún que otro "pero". Gran parte de la culpa de estas afirmaciones, que como decía se suele oír en boca de muchos profesionales la tiene el hecho de que hoy día las cámaras han perdido diversas características como son la construcción enteramente metálica, la escala de profundidad de campo y otras. Poquísimas firmas siguen ofreciendo modelos de cámaras con estos detalles básicos. La cosa esta actualmente tan mal que en algunos casos, hasta se prescinde de algo tan imprescindible como la escala de distancias de foco en el objetivo. Pero centrémonos en la A-1...

El cuerpo

Pues para comenzar bien, es como los de antes: todo-metal, con un diseño tradicional, y con ciertas "innovaciones" (puesto entre comillas porque fueron innovaciones en su día, no hoy). Lo primero que se nota al cogerla en la mano es su peso absolutamente "delator" que proporciona de entrada una buena sensación. Basta una primera mirada de cerca para comprobar su perfecto acabado y robusta construcción. Como cámara del segmento avanzado que es, se encuentra repleta de pulsadores, palancas y demás mandos repartidos por toda su geografía.
Como nota curiosa, lleva una empuñadura que es de un tamaño minúsculo visto lo usual hoy día, pero que, efectivamente, mejora su agarre.

Prestaciones

Comenzando por el obturador, diremos que es de cortinas de tela y recorrido horizontal y por lo tanto algo lento en comparación con las modernas. Presentada en 1978, la Canon A-1 es de los últimos modelos que incorporaba este tipo de obturador, ya que los de tipo vertical aparecieron poco más tarde. Este aspecto se nota sobre todo en la sincro que tan sólo es de 1/60. La velocidad máxima es de 1/1000 y curiosamente ofrece una gama de velocidades lentas impensable para la época: hasta 30 segundos completos más la posición B. Es en la Canon A-1 donde Canon introdujo por primera vez los "chips" de una forma integral y en este aspecto como en otros que veremos más adelante.

Mandos

Comencemos a ver los diferentes mandos situados en la parte superior. En la parte derecha tenemos ,en primer lugar, la palanca de avance que tiene debajo suya otras 2 palancas; una de ellas es el interruptor principal de encendido y apagado, que tiene además otras 2 posiciones para el autodisparador, una de ellas con un retardo de 2" y la otra con 10". La otra palanca, casi escondida bajo la de avance de la película, nos permite efectuar multiexposiciones. Una vez hecho el primer disparo, y para realizar un segundo, hay que plegar la palanca de avance de la película totalmente, con lo que ya podemos empujar hacia la izquierda la palanquita de multiexposiciones y seguidamente cargar el obturador de nuevo. La operación se puede repetir las veces que se quiera, como es de suponer. Junto la palanca de avance de la película tenemos la minúscula ventanilla del contador de fotogramas.
Alrededor del botón disparador se encuentra el dial principal con el que elegimos (y aquí se empieza a notar la electrónica) entre el modo manual, prioridad de diafragma, de velocidad y programa. El sistema es una tanto diferente a lo común, pero es bastante lógico y no es la única cámara que utiliza un sistema asi. El dial comentado tiene 2 posiciones, "Av" y "Tv". Asimismo, en el aro de diafragmas hay una posición "A" y en el de velocidades una "P"; jugando con ellas se consiguen los 4 modos de exposición posibles: Manual, prioridad de diafragma y de velocidad y programa. Seleccionando Av, y con ayuda del disco mencionado podemos, elegir el diafragma del disparo que aparece en la ventanilla sita justo al lado la escala de diafragmas. Este disco no actúa mecánicamente sobre el diafragma -siempre y cuando en el aro hayamos colocado la posición "A"- sino que es la electrónica de la A-1 la que se encarga de ello, al igual que ocurre con la velocidad. Seleccionando "Tv" accedemos a los modos manual, prioridad de velocidad y programa. Veamos cómo: si el aro de diafragmas está en posición "A", hemos elegido prioridad de velocidad; si además elegimos la posición "P" de la gama de velocidades, activaremos el modo programa y si, por el contrario, colocamos el aro de diafragmas en cualquier posición menos en la "A" y seleccionamos una velocidad, estaremos en modo manual. Es un sistema curioso que, como decía, comparte con otros modelos. Seguramente hubiera sido más efectivo confiar la elección del modo de exposición a un selector corriente y moliente, pero como se suele decir, para gustos están los colores.
Al otro lado del pentaprisma tenemos el mando de rebobinado de la película junto al selector de sensibilidades (entre 6 y 12800 ISO) y de compensación de la exposición (de -2 a +2 en tercios), de una forma muy similar a otras muchas cámaras clásicas, eso sí, con una gama de ajustes poco común por aquellos tiempos, como se puede ver. Ambos mandos poseen sendos botones de desbloqueo, para evitar posibles desajustes accidentales.
Entre el pentaprisma y el dial de sensibilidades, encontramos una pequeña palanca con un botón en el centro. El botón sirve para comprobar la carga de la pila, que es correcta si al pulsarlo parpadea un led rojo que se encuentra al lado del botón disparador. La palanca nos permite, curiosamente, desactivar las indicaciones del fotómetro en el visor, y según se explica en el manual, es útil para concentrarse en la composición y para ahorrar energía. Lo de ahorrar energía es evidente, pero lo de concentrarse en la composición...tal vez, pero puesto que no sabemos lo que está "haciendo el automático" hay que volver la palanca a su posición para comprobarlo, con la consiguiente pérdida de tiempo y de concentración...Es una función que está bien pensada, pero seguramente de poco uso.
En el frontal derecho de la cámara (según se mira de frente) encontramos el conector del tipo PC para flash, 2 botones y la palanca de comprobación de la profundidad de campo. El botón de arriba, sirve para activar el fotómetro pero, curiosamente, sólo si la palanca antes comentada está en su posición normal (hubiera sido mucho mejor si fuera independiente de su posición). El botón de debajo nos permite memorizar la exposición para, por ejemplo, recomponer la imagen. El mando de comprobación de la profundidad de campo de la A-1, al igual que otras Canon clásicas, esta bien diseñado y pensado, aunque no hubiera estado de más hacerlo un poco más grande. Se puede pulsar para comprobar momentáneamente la profundidad de campo, o dejarlo en posición "cerrado" para no tener que mantener el botón pulsado durante un tiempo. Además, la A-1 puede efectuar mediciones con el diafragma "en posición", lo que resulta muy útil sobre todo en macro, aunque sólo funciona en modo manual.

El visor

El visor es de una calidad envidiable. La pantalla de enfoque tiene una buena luminosidad y definición hasta en las esquinas, pero sobre todo un gran tamaño de imagen, gracias al aumento de 0,83x del que pocas cámaras clásicas - y menos aún modernas- pueden presumir. Las indicaciones son escuetas y aparecen digitalmente, con esos números rojos que nos recuerdan a las primeras calculadoras. Tan sólo la velocidad y el diafragma aparecen, junto a la "M" que nos recuerda que estamos en modo manual. por mucho que busquemos no encontraremos ni indicadores del modo de exposición ni de la compensación. Es este aspecto posiblemente el más criticable de la A-1. Lo que sí que indica es la posible sobre o subexposición en los modos automáticos (con el parpadeo de los dígitos de velocidad o diafragma) y si el flash está preparado.

Otras características

Aparte de semejante despliegue de tecnología (recordemos que hablamos de un modelo del año 78), la A-1, es capaz de conmutar automáticamente a la velocidad sincro si le colocamos un flash dedicado, e increíblemente, vuelve a la velocidad correcta para luz ambiente mientras se carga el flash inmediatamente después de un disparo, retornando de nuevo a la sincro una vez el flash informa al cuerpo de que ya está preparado. Además, estando el flash conectado, aparece una "F" en el visor, pero resulta que aparece justo delante de la indicación del diafragma, con lo cual si marcaba 2,8 ahora marca F2,8, lo que puede llevar a confusiones...
Por último comentar que se la puede motorizar, llegando a alcanzar una muy respetable cadencia máxima de 5 fps con el motor MA.

Conclusión

La Canon A-1 es un modelo muy avanzado para su época, muy bien equipada, con grandes prestaciones, un buen visor y un robusto cuerpo. No hace falta comentar que dispone de una gama de objetivos manuales muy amplia y que incluye algunas piezas únicas, aunque fuera de fabricación. Tan sólo se le puede criticar por un lado la falta de claridad y cantidad de la información mostrada en el visor y por otro el que no tenga un cierre o pseudocierre de espejo. Desde luego, se puede concluir que Canon puso el listón muy alto...

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