Empezar de nuevo
Es difícil describir con palabras lo que se siente cuando pierdes algo muy valioso. En alguna ocasión ya había oído experiencias parecidas a conocidos, pero ayer me tocó a mí: perdí mi bolsa de fotografía, con todo dentro.
Volviendo de viaje desde Gijón después de impartir un curso de gestión de color en la conocida escuela Fotografía Desde Cero, me encontraba en el tren que va desde el aeropuerto hasta Barcelona. Iba cargado de bolsas “hasta las orejas” y como el vagón iba medio vacío, dejé la bolsa de fotografía en el altillo para poder poner las otras bolsas en el asiento de al lado, como hago otras veces. Craso error.
Empecé a mirar las docenas de correos y mensajes pendientes durante el viaje mientras mi cabeza se iba llenando de temas y más temas pendientes para empezar a resolver rápidamente en cuanto llegara a casa. Tanto se llenó mi cabeza de cosas que cuando el tren llegó a la estación, me bajé con la maleta, las bolsas y la cabeza llena. El problema es que me deje la bolsa de fotografía. No pasó ni medio minuto para que me diera cuenta de lo que había ocurrido, pero era demasiado tarde. El tren ya se había marchado.
Fui corriendo hablar con la gente de la estación y para mi asombro me explicaron que no tienen manera de contactar directamente con los agentes de seguridad, que casualmente estaban al lado de donde yo estaba sentado. Increíble. Yo puedo con mi simple teléfono puedo enviar mensajes a cualquier parte del mundo para que se reciban al instante, incluso con fotos, vídeos o grabaciones de voz y ellos, que tienen muchos más medios que yo, son incapaces de comunicarse con unas personas que están en el mismo equipo de trabajo a unos pocos cientos de metros ¿?
La respuesta que recibí fue: no podemos hacer otra cosa que llamar a la estación de fin de trayecto (Sant Celoni) para que cuando llegue el tren revisen si está allí. Evidentemente, el tren llegó pero la bolsa no.
Hace tiempo me había diseñado unas etiquetas que había colocado en diversas partes del equipo con el fin de que si algún día me pasaba algo así, la persona que lo encontrara pudiera devolvérmelo.
Recuerdo hace tiempo que me encontré una cartera en el suelo. La abrí y estaba llena de carnets, tarjetas bancarias y unos 200 €. Como estaba el carnet de identidad, conseguí contactar con su dueño y se lo devolví con todo lo que había dentro. Aquel señor no sabía como agradecérmelo, pero yo simplemente le dije que estaba haciendo lo que me gustaría que me hicieran a mi. Asi de sencillo.
Y no es la única ocasión: recuerdo haber encontrado algún objeto en una estación y haberlo entregado en ventanilla, y también en una ocasión en una comisaría. Y cuando comprando en una tienda me han dado mal el cambio, dándome de más, siempre lo he dicho. Igual soy el único tonto del país que lo hace, pero yo soy así.
Han pasado ya casi 24 horas y nadie me ha contactado, así que mucho me temo que tengo que darla por completamente perdida. Soñaba que alguien llamaría (iluso de mi). Espero que al *&%$!! que la haya quedado se le estropee el coche o se le bloquee en las manos o le pase alguna otra desgracia. Evidentemente que la culpa de olvidármela es sólo mía, pero a mi me enseñaron de pequeño que no debías de coger lo que no es tuyo, y mucho menos quedártelo.
Junto con la D7100 estaba mi querido 17-55 AF-S 2.8, el Fisheye 10.5mm (ambos de Nikon), y varias cosas más.
Por si alguien la encuentra, esto es lo que perdí:
- Bolsa Lowepro Orion AW en color verde oscuro, con signos de desgaste.
- Nikon D7100. Lleva el logotipo de Nikon y el nombre del modelo tapado con esparadrapo negro. Serie #4418812
- Zapata RRS en L de la D7100.
- Receptor GPS Phottix para Nikon.
- Nikon AF-S 17-55 2.8 con signos de uso. Serie #316319
- Nikon AF 10.4 mm Fisheye como nuevo. Lleva mi etiqueta en la parte inferior.
- Calibradores X-Rite i1 Display Pro y Colormunki.
- Cartas Colorchecker Passport, Passport Video y Mini.
Si alguien encuentra parte del equipo le compensaré económicamente.
Durante algún tiempo voy a rastrear Internet en busca de fotos con este número de serie, pero la verdad es que tengo pocas esperanzas.
Es un golpe muy duro que me llega tan sólo dos semanas después de que se me haya muerto el ordenador portátil, lo que me ha supuesto tener que comprar otro similar, y no es precisamente nada barato. Y todo ello con los meses de verano a la vuelta de la esquina que, como bien sabemos los autónomos, son los de mayor sequía económica. En fin, que parece que cuando empieza la racha de mala suerte, parece que vienen todas juntas…
Qué putada. Me enteré por fotochismes.
Será dificil recuperarla, lo sabes. Las cámaras de fotos se venden muy fácilmente…
De todas formas, no cambies. Se duerme mucho más tranquilo siendo honrado. Un saludo.
Gracias Breixo. Sí, se que será dificil recuperarla con lo que ya trato de focalizarme en el siguiente paso. Que remedio!
Saludos,