Calibrando en la escuela superior de diseño Elisava
Recientemente me contactaron desde una empresa que se encarga de la instalación audiovisual en la conocida escuela Elisava. Querían calibrar el iMac del salón de actos porque “no se parece nada a lo que se ve en el proyector”. Os suena eso, ¿verdad?
Bien, pues me acerqué al sitio y una vez hice las primeras comprobaciones, pude ver que, efectivamente, no se parecía en nada. El contraste y el brillo de la pantalla del iMac estaba por las nubes, y en cambio proyector tenía unos colores muy apagados. El segundo problema es que además, este último parecía estar muy desgastado. Muchas horas de uso, vaya.
En primer lugar, calibré el iMac, un proceso que no me supone gran dificultad, ya que tiene muy pocos controles calibrables, con lo que en poco tiempo lo tenía ya listo.
Luego me puse manos a la obra con el proyector… pero éste requirió de bastante más trabajo. Lo primero es testear el estado actual del mismo y, como se ve aquí: estaba claro que requería de ciertos ajustes:
Se puede ver que la curva de grises (donde indica “RGB balance”) está muy desviada, con fuerte predominancia del verde (que aparece muy arriba). La respuesta de color tampoco estaba demasiado bien. Si te fijas en el gráfico de color triangular de la derecha, puedes ver que aunque en el caso del verde, amarillo, rojo y azul las mediciones (los circulitos) están bastante bien ubicados sobre la referencia (los cuadraditos), el blanco, el cian y el magenta están bastante desviados.
Todas las mediciones están tomadas con mi i1 Pro 2 en CalMAN 5.
Así que me puse manos a la obra a empezar a modificar la respuesta del proyector a través de sus menús, a golpe de mando a distancia. Sí, por muy avanzado que parezca, luego hay que retroceder y usar el mando a distancia y los primitivos menús que suelen tener… sigh!
Así que, después de más de una hora tocando por aquí y por allá, conseguí ajustar la curva de grises medianamente bien, aunque no perfecta:
como puedes apreciar, la respuesta de la curva de grises empieza a ser bastante plana, aunque todavía muestra una cierta carencia de azules.
Seguidamente pasé a ajustar la gama de color, que quedó bastante bien afinada:
En la pantalla anterior se puede ver que todos los colores primarios, a excepción del amarillo -que resultó un poco difícil de domar– han quedado casi perfectos.
Para terminar, querían comprobar si cambiaría mucho la imagen si sustituían el proyector por uno nuevo, así que instalaron este nuevo y lo colocaron de manera que la imagen quedará prácticamente superpuesta con respecto al viejo. Así, se podía tapar manualmente la óptica de uno y destapar el otro, y viceversa, para hacer comparaciones visuales rápidas.
Efectivamente, se veía que el proyecto estaba muy gastado y el nuevo ofreció una imagen mucho más brillante y contrastada. No sólo eso, se puede ver claramente que el viejo, aun ofreciendo una saturación adecuada de los colores (tal como se podía comprobar con las mediciones), entregaba a cambio una luminosidad de los colores muy baja. Se nota especialmente al comparar la luminosidad de ambos.
Total, al final quedo el proyector viejo bien ajustado (dentro de sus limitaciones y fuerte desgaste) y ya se quedaron ellos debatiendo con la gente de la escuela si actualizar o no el proyector. Pero eso ya no es cosa mia…
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