HP Z32x Dreamcolor: pon la otra mejilla
La verdad es que no sé muy bien cómo empezar este post. Demasiadas cosas en la cabeza. Creo que lo mejor es que comience por el principio. Hace unas semanas me contactó una muy importante productora de Madrid. Resulta que están empezando a preparar una nueva película de animación (de la que he podido ver un tráiler y puedo decir que es una pasada, pero no puedo dar más datos) y acaban de comprar una buena cantidad de unidades del último modelo de monitor de HP: el Dreamcolor Z32x, de 32”.
Para los que no conozcáis estos monitores, sabed que están específicamente orientados al mundo de la edición de video, porque incorporan un motor de color que es capaz de encargarse de hacer la calibración, cosa que ha gustado mucho en el mundillo. Han sido desarrollados con la colaboración de Dreamworks Animation, la conocida productora.Es justamente lo que hacía el primer modelo que lanzaron, y el modelo de 27”, que ya comenté en otras ocasiones.
Si voy a la página web del Z32x veo que se publicita claramente como “profesional” y entre las prestaciones, se puede ver claramente esta:
Fíjate en lo que he marcado en amarillo. Cualquiera que conozca el de 27”, pensará: “ah, claro el mismo sistema del de Z27x”. Por cierto, vamos a mirar las notas al pie, porque en la 2 debería de aclarar más información:
Pues nada, ni una sola aclaración. Ni de la nota al pie 2, ni de la 1 ni de las otras cuatro (hasta 6 se referencian en la susodicha web).
Eso mismo (que es el mismo sistema de calibración del Z27x) pensaron en la productora de Madrid, pero optaron por uno más grande, para tener más espacio en pantalla. Como es más grande, más caro y sigue siendo Dreamcolor, está claro que tendrá iguales o mejores prestaciones que el de 27”, ¿no? Eso pensaron ellos…
Pues no. Resulta que cuando me dispongo a calibrar el Z32x, una vez en sus instalaciones, me llevo la primera sorpresa (negativa): no tiene el puerto USB especial para el calibrador de HP que se necesita.
Ah, es que aquí viene una de las grandes pegas del sistema Dreamcolor: resulta que sólo funciona con un colorímetro de X-Rite, el i1 Display.
- Bueno, eso no parece un gran problema, ya que es el más extendido. De hecho, es un aparato muy recomendable…
- Cierto. El problema es que no es exactamente el de X-Rite. Es uno fabricado por X-Rite que lleva la “pegatina” de HP. Y sólo funciona este, que además es más caro que el original de X-Rite. Y, ¿qué pasa si ya tienes un i1 Display? Pues nada, que te compras el de HP, te guste o no.
Pues nada, saco el de HP (lógicamente ya lo llevaba conmigo) para comprobarlo igualmente y veo que no se conecta como pasa con el de 27”, que lleva un puerto USB especial marcado para ese uso. Automáticamente me doy cuenta de que no es un auténtico Dreamcolor, como el de 27”, sino que más bien es como el de 24”, que resultó ser un fiasco, como ya denuncié en otro artículo en su dia.
Vamos a la web de HP a buscar más información y –para variar- solo se comenta que Dreamcolor por aquí y por allá, pero nada de que no funciona con el colorímetro HP. De nuevo, HP ocultando información tal como ya hacían con el de 24”.
No olvidemos que estamos hablando de un monitor de 32”, más grande que el de 27” (que sí que se puede calibrar por este sistema) y también más caro. La reacción de los de la productora que estaban conmigo (entre ellos el encargado de comprar todos los monitores) era de encogerse los hombros y poner caras de estupefacción. Creo que os lo podéis imaginar…
Pues bien, a partir de aquí opto por tratar de calibrarlo con lo que tengo: sus menús. Y aquí topamos con otra pega de (todos) los Dreamcolor: los menús están muy recortados. Tan recortados que básicamente solo puedes escoger uno de los presets que tiene (eso si, muy orientados al mundo del video) y luego variar el brillo. Punto. Ni hablar de ajustar manualmente el color del punto blanco, ni la gama de color, ni la curva de gamma. Mucho menos el RGB del blanco (lo que se conoce como la ganancia). Vamos, algo que monitores básicos de menos de 150 euros sí tienen.
Total, que después de un rato tratando de conseguir algo “potable” llegué a algo medianamente decente, aunque tuve que hacer cosas que nunca había necesitado hacer hasta entonces (como tocar a mano las curvas LUT en el driver de la tarjeta gráfica; nVidia en este caso). En fin, una pequeña chapucilla para conseguir lo que queríamos. Y esto es todo lo que conseguí desde las 10 de la mañana a las 6 de la tarde:
Todas las mediciones están hechas con CalMAN 5 y mi X-Rite i1 Pro2.
Alguno se preguntará:
- Pero, ¿por qué no probaste a calibrarlo con el software propio de HP?
- Sencillo: porque ya lo había probado con el modelo de 24” y es muy básico. Se limita a crear un ICC, que en video no sirve de mucho (más bien, de nada).
Total, que finalmente mi conclusión es que este monitor no cumple lo que promete, y encima la publicidad es engañosa ya que parece prometer mucho más.
Después de esto, el cliente me dice que ellos tienen contacto directo con HP, así que les invito a que les pregunten exactamente por qué en este no se puede calibrar con su colorímetro especial. Pues bien, después de semanas de correos intercambiados entre ellos y HP y entre ellos y yo, me informan de que un ingeniero en USA que se encarga directamente de esta línea de productos aclara que efectivamente no es como el de 27, pero sí se puede calibrar para video, pero solo con su software. Y resulta que su software es especial, hecho exclusivamente para este modelo, y no tiene nada que ver con el de 24”. Pero, mira tú, se llama igual: “Dreamcolor calibration solution”…
Lo siento por la expresión, pero… ¡manda narices! ¿Como íbamos nosotros a saber, con la escasa información de la web que, aunque este software se llama igual, es completamente distinto y es capaz de calibrar?
Bien, pues me vuelvo a Madrid armado hasta los dientes con todos mis calibradores y volvemos a ponernos con el monitor. Además, el ingeniero de HP nos ha aclarado que es el propio monitor quien genera los parches de color, con lo que en principio es factible para video (no como el de 24”).
Y cuando nos ponemos, empiezan los problemas: no reconoce el colorímetro, que en este caso debe ser obligatoriamente el oficial de X-Rite… toma ya (!). Y luego vienen más: que no encuentra el monitor, que se queda colgado o –peor aún- que no-se-que-cosa-rara de error de matriz cuando parece que va a terminar y conseguirlo finalmente.
Empezamos a probar a reinstalar el driver del monitor, del colorímetro, el soft de HP, cambiar de cables, etc… Incluso hemos tenido que reiniciar… ¡el propio monitor! porque se colgaba (sí, como lo oyes), algo que no había visto nunca.
Total: más de una hora perdida en pruebas, hasta que cuando casi íbamos a tirar la toalla, optamos por probar con otro equipo que también tiene el mismo monitor y… voilà! Funciona a la primera. Bien, un poco de luz al final del túnel.
Efectivamente, al final consigo que funcione, así que me pongo a realizar comprobaciones para verificar la calidad del resultado y veo que, aunque no es perfecto, cumple con el objetivo. Y funciona para video.
Aun así, tiene pegas: la dominante de la pantalla queda muy desviada de lo que se le pide (más de 300 K) y el software solo funciona en Windows (aparte de que falla mucho). He visto muchos estudios donde sólo se ven Macs, con lo que no les hará mucha gracia eso de que sólo funcione en Windows. Es un problema que también tienen los DELL.
Perdonadme que lo diga, pero los BenQ no tienen ninguno de estos problemas: partiendo de que la calidad de la pantalla es similar (un excelente panel IPS), tienen mucho mejores menús, con infinidad de opciones, también se pueden calibrar por hardware. Y el software de calibración también está para Mac. Y encima, a precios más económicos.
Finalmente nos aclaran desde HP que hay dos gamas de Dreamcolor: los Studio y los estándar. Resulta que los Studio sí permiten la calibración autónoma de la que tanto presumen, pero los otros no. Entonces me vuelvo de nuevo a la web a ver la que habla de toda la gama y me encuentro que ahora la han cambiado (cuando sacaron el de 24” no era así) y ahora sí hablan de estas gamas. En la tabla de prestaciones ahora se puede ver, pero hay que fijarse bien y entenderlo:
Al tanto con la marca en rojo. Eso de “hostless calibration” es eso que tanto promocionan de esta gama y que me apuesto a que todo aquel que ha pensado en comprarse un Dreamcolor cree que va a incorporar de serie. Francamente, me parece un poco “letra pequeña”…
Sorprendentemente, acaban de lanzar otro monitor casi idéntico, el Z31x y este sí tiene el sistema autónomo integrado. Me sorprende porque lo han lanzado muy poco después del Z32x y porque sea casi del mismo tamaño. Parece que quieran hacerse competencia a ellos mismos…
Conclusión: no puedo recomendar este monitor para usos de video. Aunque después de largas horas he conseguido que responda de forma aceptable y cumpla con lo prometido en la publicidad, son demasiadas las pegas. Y además creo que HP está utilizando publicidad engañosa con sus clientes (ojo, que la inmensa mayoría de ellos son profesionales). Tampoco entiendo sus políticas: este monitor sí que se puede, este no; ahora con el colorímetro de HP, ahora con el original; primero sin software, luego con uno básico, ahora con otro totalmente diferente… un completo sinsentido en mi humilde opinión.
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