Módulo de gestión del color en el Máster Fotogenio: prueba superada
Normalmente suelo salir de mis cursos con una sonrisa. En este caso la verdad es que salí pensando: «fiuuu» y estirando del cuello. Y no porque haya salido mal (más bien al contrario), sino por haber superado una situación que bien podía haber acabado en desastre: mi afonía total. Sí, sí, me quede afónico total al poco de empezar…
Y es que la garganta es el talón de Aquiles de los que nos dedicamos a la docencia. La semana pasada, con los cambios de temperatura tan extraños en el tiempo ya notaba que mi garganta no estaba del todo bien, pero no fue hasta el viernes tarde cuando, después de 5h hablando, noté que la cosa iba muy mal. Tan mal que me quede completamente afónico. Menudo panorama… y con 15h de clase por delante… Glups!
Pero ahí estaba el bueno de Félix Galindo, director del máster, que removió cielo y tierra para encontrar un buen micro y altavoz, y… lo conseguimos! Hablando muy bajito (susurrando, más bien) pude continuar y terminar el curso sin mayor problema que ese. Y gracias a mi amigo Teodoro J. Martínez y su tratamiento de choque milagroso pude empezar a recuperar la voz rápidamente; tanto que el domingo por la mañana ya podía hablar.
Afortunadamente, la cosa quedó en un susto menor. Gracias al micrófono las 20h de curso se desarrollaron bien y los alumnos descubrían atentos los entresijos de este increíble mundo del color. No sólo eso, aprendieron lo que son los espacios de color, a calibrar un monitor, a asignar y convertir con perfiles ICC, a calibrar una impresora y hasta una DSLR!
Al final quedó una gestión de color muy intimista y todo ;-)
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