Texto y fotos: Hugo Rodríguez.
Profesor de técnica fotográfica.
Si hay una cámara de formato
medio pequeña, versátil, cómoda y económica,
ésa es la Bronica ETR. Es, sin duda alguna, una de las cámaras
que mejor relación calidad-precio tiene hoy por hoy en el mercado
de segunda mano de formato medio. E incorpora, por descontado, (casi )
todo lo que una cámara manual debe tener.
El cuerpo
Como no, completamente metálico
comenzando por una esquina y terminando por la otra. Tan solo algunos
mandos son de plástico, el resto a la buena usanza. El peso da
buena cuenta del uso del metal, pero se agradece la confianza que ofrecen
este tipo de cámaras, y sobre todo el espléndido aspecto
que conservan con el paso de los años. El modelo que hemos probado
es la versión plateada, tal vez más vistosa que la negra.
La distribución de los mandos es similar al resto de cámaras
de esta categoría, y prácticamente igual al de los otros
modelos de la gama 6x4,5 de Bronica, lo que facilita el cambio de cámara.
El cuerpo es el centro de un "mecano" al que se acoplan, por
la parte posterior el chasis, por la frontal el objetivo, por arriba el
visor y por debajo el motor o empuñadura, como ocurre con la mayoría
de cámaras de formato medio.
La compatibilidad con chasis, objetivos y visores más modernos
es casi total.
Prestaciones y manejo
El
manejo, como veremos, es muy sencillo y a esto ayuda el que cada función
se ha asignado a un único mando.
En el lateral izquierdo (si se mira desde atrás) encontramos en
primer lugar el disco de velocidades, de un obturador central controlado
electrónicamente, que ofrece una rango de velocidades de 1/ 500
hasta 8" y que inexplicablemente no ofrece la posición "B".
Esto es debido a que para disparar en esta modalidad hay que realizarlo
de una forma un tanto rara: en primer lugar hay que cambiar de posición
un selector que se encuentra situado en la parte inferior del objetivo,
una vez hecho la ETR queda preparada para el disparo. Lo más curioso
es que al soltar el botón de disparo no se cierra el obturador,
sino que hay que retornar a su posición inicial el selector que
inicialmente habíamos desplazado (que no es muy suave). Esta solución
es un poco de "andar por casa" y merece nuestras críticas,
ya que si el trípode que sujeta la ETR no es duro como una roca,
la foto se puede ir al traste.
A cambio, el obturador funciona incluso sin pila a 1/ 500, detalle que
infunde una gran confianza y que ha permitido a más de uno salir
airoso en el momento más inoportuno, cuando se agota la pila y
no se tiene una de repuesto.
Junto
al disco de velocidades un pequeño botón negro permite comprobar
la carga de la batería visualmente en función de la intensidad
con que se ilumina un led verde situado junto a él. En este mismo
lateral, pero en la parte de abajo, encontramos la rosca para cable disparador
estándar. Otro pulsador permite extraer el chasis, y aunque tiene
bloqueo, no es el esperado. Me explico: para poder pulsar este botón,
hay que mantener pulsado el que permite sacar el objetivo, pero si la
guillotina no está insertada, también se puede quitar. Ojo,
pues, con este aspecto ya que puede provocar algún que otro disgusto.
La extraña forma de disparar en "B" y esto último
son los 2 aspectos negativos de la ETR.
Al abrir la tapa del chasis vemos el inserto, que se carga y descarga
como en muchas otras cámaras. Existen chasis de 120, de 220, de
35 mm panorámico y polaroid. Los 3 primeros incorporan su contador
de fotogramas y la manivela para bobinar al finalizar el rollo.
En el otro lateral de la ETR, encontramos la manivela de avance y carga
del obturador, que es extraíble y para permitir el acople sobre
este mando de un motor o de la empuñadura manual. Esta última
permite un agarre de la ETR tan cómodo que nos proporciona la sensación
de tener en las manos una cámara de paso universal y no una 6x4,5.
Junto a la manivela de avance y carga comentada, una pequeña palanca
conmuta al modo de multiexposición, quedando éste fijado
hasta que se retorna a su posición original. De esta forma se pueden
efectuar tantos disparos como se desee.
Visores
En el apartado visores, la ETR y, por compatibilidad,
la familia de cámaras ETR de Bronica ofrecen todas las modalidades.
El visor más sencillo es el de capuchón plegable, que incorpora
una lupa de aumento de muy buena calidad para el enfoque fino.
También se ofrecen visores de pentaprisma en 3 versiones diferentes:
estandar (sin fotómetro), con fotómetro de medición
central y el más moderno de todos, el modelo AE III que incorpora
medición central y puntual. Todos son compatibles con la Bronica
ETR, incluso el modelo AE III (mucho más reciente que la propia
cámara) hasta el punto que incluso el automatismo de prioridad
de diafragma también funciona. A eso se le llama compatibilidad.
Por ultimo, un visor giratorio completa la oferta en visores.
Objetivos
Los objetivos, equipados todos con obturadores
centrales fabricados en su mayoría por Seiko, son también
totalmente metálicos. Todos incorporan una muy clara y larga escala
de distancias en el objetivo, junto a una escala de profundidad de campo.
A un lado, un pulsador permite comprobar la profundidad de campo. Y la
calidad optica no tiene casi nada que envidiar a los grandes, aunque la
fama la tienen aquellos. De un negativo de iso 160 hecho con la ETR se
puede obtener una copia de 50 x 70 cm con excelente definición,
y es suficiente razón para acabar de convencer y despejar dudas
sobre su calidad; si esto no es suficiente, mejor es pasar a otro formato
mayor. Y todo por un precio muy económico.
La gama de objetivos es bastante completa, incluyendo desde un super angular
de 30 mm hasta un 500 mm apocromático, pasando por un 40, un 50,
un 200 o un 250 mm. Tambien incluye pequeñas joyas como el 180
mm de foco cercano (1 mt) para moda o un 105 mm macro 1:1. Por ultimo,
2 teleconvertidores y 2 zooms (45-90 mm y 100-220 mm) completan la gama.
Conclusion
La Zenza bronica ETR es una 6x4,5
muy apetecible por todos sus aspectos. Es pequeña, robusta, muy
fiable y muy versatil. La compatibilidad está asegurada (y sin
"peros") con los objetivos, chasis y visores modernos. Cuando
se le coloca la empuñadura, tanto la manual como la motorizada,
se vuelve tan manejable que casi se olvida uno de que está utilizando
una cámara de formato medio.
Es, sin duda alguna, una excelente cámara tanto para trabajar habitualmente
con ella como para el estudiante que se quiere iniciar en el formato medio.
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