OLYMPUS OM-1

Olvídese por un momento de las cámaras con pantalla digital, autofoco, con diales de control, automatismos avanzados y fabricadas a base de policarbonato. Piense ahora en una cámara réflex de 35mm muy compacta y ligera, sin autofoco, pantalla digital ni automatismos, pero con un visor extraordinario, unas ópticas excelentes, un cuerpo muy robusto, ligero y sobre todo muy fiable. Y con prestaciones exclusivas del segmento profesional. Le estamos hablando de la Olympus OM-1n, que tiene todo esto y algo más y que conocerá en este artículo.

El cuerpo

Con unas dimensiones hoy día impensables en una réflex moderna –por lo pequeñas- , debido a que no necesita pilas de litio ni del tipo R6, tan sólo una pequeña pila botón, alberga una mecánica que se puede calificar de altamente fiable y duradera. Tanto interna como externamente, el metal es el principal elemento constructivo, relegando al plástico a tan sólo pequeños detalles como el rodillo de arrastre de la película, lo que dice mucho de la calidad de construcción de esta cámara, tanto por fuera como por donde no se ve.

Se han empleado engranajes de metal en todos los mecanismos para asegurar un funcionamiento sin errores durante mucho tiempo. Las cubiertas superior e inferior están hechas de aluminio, y el chasis del cuerpo son de fundición de metal.

Los controles

Ciertamente son pocos ya que la OM-1n sólo contiene lo esencial y punto. Así, encontramos en la parte superior izquierda tan sólo el interruptor de encendido y apagado del fotómetro, el mando de rebobinado de la película y apertura de la tapa trasera; y en la parte derecha, el dial de sensibilidades de la película (desde ISO 25 a 1600), la palanca de arrastre y carga del obturador, el botón de disparo y la ventanilla con el contador de fotogramas. El dial de sensibilidades está situado de la misma manera que el típico disco de velocidades y a primera vista lo parece, pero el disco de velocidades va situado en la propia montura del objetivo al igual la mayoría de cámaras de la familia OM de Olympus. Este dial lleva un pequeño botón de bloqueo para evitar su desajuste involuntario.

Siguiendo con la parte superior, encontramos que la zapata para el flash se puede quitar, para dejar al descubierto un conector del tipo PC para flashes de estudio, sistema ciertamente curioso.

Pasemos a analizar el frontal del cuerpo. El elemento más destacable es el anillo de velocidades, que se encuentra alrededor de la montura de los objetivos. Para los que no conozcan las Olympus OM, es una situación un tanto extraña, pero que se revela como muy útil una vez que uno se afianza a ella. El rango de velocidades está comprendido entre 1 / 1000 y 1" más posición B. El módulo obturador es completamente mecánico –esto es, funciona sin pilas- y según asegura Olympus es de una fiabilidad muy alta incluso a muy bajas temperaturas.

Junto al disco de velocidades, encontramos el mando para la elevación del espejo, muy discreto pero cómodo de manejar, que no podía faltar en una cámara de pretensiones profesionales como es la OM-1n. Al lado de este mando se encuentra el de rebobinado, que dicho sea de paso, permite el consabido truco para la doble o múltiple exposición, como ocurre en muchos otros modelos mecánicos.

Debajo del mando de rebobinado tenemos el autodisparador mecánico y ajustable en su retardo desde 4 a 12 segundos, que viene de perlas para utilizar junto al cierre de espejo con un retardo de 4 ", cuando nos olvidamos el cable disparador en casa...

A la derecha de la montura tenemos otro conector del tipo PC para flash, que lleva un selector del tipo de disparo con flash. Una posición, la marcada como "X" es la estándar y su velocidad de sincronización es de 1 / 60. Todas las velocidades inferiores a 1 / 60, están impresas en el disco en azul, para recordarnos que sincronizan con flash. Según hemos comprobado, las velocidades son muy precisas, tal y como se puede apreciar en el gráfico:

La otra posición, marcada como "FP", sólo está disponible con flashes específicos de la marca, y permite sincronizar el flash a todas las velocidades, llegando hasta 1 / 1000, algo de lo que Olympus puede enorgullecerse de ser su inventora mucho antes de que otros fabricantes empezaran a incorporarlo a sus cámaras.

El mando para la comprobación visual de la profundidad de campo, curiosamente no se encuentra en el cuerpo, sino en cada uno de los objetivos Olympus, y su colocación es muy correcta, ya que se puede utilizar cómodamente tanto en encuadres horizontales como verticales.

En la parte inferior del cuerpo se encuentra la rosca de trípode –centrada para mayor estabilidad- la tapa del compartimento de la pila botón para el fotómetro, la tapa para el ajuste de engranajes de los motores opcionales así como dos contactos eléctricos. El motor Winder 1 llega a 5 f.p.s., haciendo avanzar la película en tan sólo 0,3 segundos, utilizando 4 pilas alcalinas.

El visor

Merece comentario aparte el visor de esta cámara, simplemente lo mejor hecho hasta el día de hoy. Todavía sin superar, incluso por las más modernas y avanzadas cámaras de última generación.

El tamaño de la imagen visible es tan grande comparado con otros modelos que parece casi un formato de 6x4,5, gracias al aumento del visor, que llega al 0,92X con un objetivo de 50mm enfocado al infinito. Como dato a tener en cuenta, una réflex moderna ronda el 0,75X. La cobertura es del 97% y la pantalla de enfoque utilizada tiene una luminosidad es muy elevada, pero su poder de discriminación de foco decae en las esquinas, siendo superior en este aspecto una moderna réflex de gama alta. Aún así la comodidad de apreciar la imagen en un tamaño tan agradable para la vista, es algo que no tiene precio.

Las pantallas de enfoque son intercambiables, naturalmente, con cualquiera de los 13 modelos disponibles, que cubren casi cualquier necesidad, incluyendo la fotomicrografía.

Accesorios y objetivos

El capítulo accesorios no es completo...¡es abrumador!. Olympus ofrece tal cantidad de accesorios que es imposible describirlos todos. Tan sólo comentaremos que ofrece motores, baterías, respaldos fechadores, respaldos para 250 exposiciones, cables disparadores y alargadores así como una ingente cantidad de útiles para macro, y fotomicrografía, una especialidad que Olympus dominaba.

La gama de objetivos Zuiko es bastante respetable, de una calidad muy elevada ópticamente y están fabricados enteramente en metal. Todos los objetivos llevan –como debería ser- escala de profundidad de campo y marca de enfoque para película infrarroja.

La gama incluye piezas tan exclusivas como un 8mm Fisheye, un 35mm Shift, un 20mm Macro o un 1000mm f:11.

Conclusión

La Olympus OM-1 es un ejercicio de sencillez de manejo, fiabilidad y robustez, donde la única electrónica que hay es la del fotómetro incorporado, y que si deja de funcionar se puede seguir disparando en el caso de no llevar una pila de repuesto. Son características muy difíciles de encontrar en cámaras de hoy día. Una excelente opción si lo que se quiere es una cámara que rebose calidad por los cuatro costados y nos permita despreocuparnos de todo aquello de lo que puede prescindirse. Tal vez un automatismo de prioridad de diafragma podría hacerla más versátil, pero eso conlleva un obturador de control electrónico y echa al traste las velocidades completamente mecánicas y la seguridad de que sin pilas también funcione, así que está bien así.

En fin, una cámara para toda la vida y una extraordinaria compañera de viajes.

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