Texto y fotos: Hugo Rodríguez.
Profesor de técnica fotográfica.
Algún día tenía
que pasar por esta sección una de las grandes clásicas de
las últimas décadas, La famosísima Nikon F3 en su
versión de lujo: en Titanio. Aunque realmente no se trata de un
cuerpo de titanio, desengañémonos, es tan solo un "titanizado",
un baño exterior de este material, que embellece y da "clase"
a esta popular cámara.
El cuerpo
Como en cualquier buena clásica
que se precie, el metal es el principal ingrediente del chasis, en este
caso es una aleación de cobre y aluminio que, según Nikon,
es extremadamente resistente a la corrosión y a golpes y tiene
un grosor mínimo de 1,4mm, grosor que se ve aumentado hasta 2 mm
en la parte de la montura.
El obturador es de control electrónico y junto con el de la F2
son los únicos con cortinillas de Titanio (ahora sí) enrollables,
cosa muy sorprendente puesto que no es fácil diseñar cortinillas
de metal flexibles a la vez que fiables y duraderas. Pero una de las características
de la F3 que más gustan a los profesionales es que conserva una
velocidad totalmente mecánica para cuando las cosas se ponen feas.
Si abrimos la tapa trasera nos llevaremos una grata sorpresa: encontramos
unas largas, anchas e impecablemente mecanizadas guías de película,
un rodillo extra para conseguir una alta planeidad de la película
y un excelente acabado en general.
El diseño es bastante lógico, ergonómico y los mandos
se encuentran en general bien situados y dimensionados. Se ve una cámara
perfilada con líneas elegantes a la vez que funcionales y el culpable
no es otro que el famoso diseñador italiano Giugiaro.
A los mandos
Comenzando por la parte superior derecha,
tenemos el disco de velocidades, que está fantásticamente
diseñado: tiene un buen diámetro, es suficientemente alto
y de giro suave y preciso, lo que le permite ser manejado con el índice
de la mano derecha sin más, cosa que debería ser básica
en cualquier clásica y desgraciadamente no lo es. El rango de velocidades
va desde los 8 segundos hasta 1/2000 de segundo, sincro a 1/80, posiciones
B y T, automatismo de diafragma (A) y posición X. Las posiciones
A y X llevan un bloqueo que impide desajustes accidentales. Cuando se
coloca la posición X, se ajusta una velocidad de 1/80 a diferencia
de la velocidad de 1/60 marcada en rojo también en el mismo disco.
Concéntrica e integrada en el mismo disco tenemos una palanca,
demasiado pequeña y poco fácil de manejar para mi gusto,
que corresponde al autodisparador, de 10 segundos de retardo no regulable.
La palanca de arrastre, una de las más suaves que se han visto,
tiene una "famosa" y considerable holgura que según confirmó
la propia Nikon no es un defecto, sino que es así y punto. En la
misma palanca, bajo ella para ser exactos tenemos otra palanca, tal vez
algo pequeña y dura, que no otra cosa que el interruptor principal
"on-off". Si no se enciende la cámara, el fotómetro
no funciona y pero el obturador sí, aunque solo con la comentada
velocidad mecánica a 1/60.
A un lado una pequeña palanquita permite
efectuar cuantas exposiciones múltiples deseemos, y sin añadir
al contador de fotogramas ni un solo disparo de más. Se desactiva
automáticamente al disparar, con lo que hay que accionarla a cada
disparo.
Al otro lado del pentaprisma encontramos, como es común, la palanca
de rebobinado y el dial de ajuste de la sensibilidad, de ISO 12 hasta
6400 marcado en tercios. Y, como no, la polémica zapata de flash.
Es una zapata exclusiva de la F3 (evidentemente no sigue la normativa
ISO) que permite utilizar exclusivamente los flashes de Nikon diseñados
para ella. Cuenta, eso sí, con sistema TTL.
Es un claro paso atrás el limitar una cámara así
de esta manera, y con el agravante de que al colocar el flash tapamos
la palanca de rebobinado. Asi pues, nos vemos obligados a retirarlo para
poder realizar algo tan rutinario como rebobinar. Tan sólo con
el accesorio AS-4 se pueden utilizar flashes estándar, pero a costa
de perder el automatismo TTL. De
nuevo nos hemos topado con uno de esos asuntos "peliagudos"
que ni siquiera la propia firma quiere abordar: ¿por qué
una zapata así? ¿Fue una metedura de pata o un arrebato
de autoritarismo?. Afortunadamente la saga no ha continuado en las posteriores
F4 y F5. Recientemente, y después de muchos años de espera,
Nikon se ha decidido a sacar un accesorio similar a AS-4, pero compatible
con el sistema TTL. Pero prosigamos con el análisis.
Mediante un pequeño botón al lado y girando el mismo dial
de sensibilidades, podemos introducir compensaciones en grados de tercios
desde -2 hasta +2 Evs, que increíblemente no tiene indicación
alguna (ni siquiera de que está activada) en el visor. Error grave.
En la parte frontal del cuerpo, pocos pero bien pensados son los mandos
que encontramos. En primer lugar, situado cerca de la parte superior,
un botón grande y suave nos permite comprobar la profundidad de
campo y una palanca concéntrica con éste, elevar el espejo,
siempre y cuando aquél esté pulsado.
Debajo otra palanca, que a primera vista parece la del autodisparador,
nos da acceso al disparo totalmente mecánico que comentábamos
al principio y que la hace (casi) única en su especie. Mientras
permanece pulsado el botón que este mando lleva en su centro la
exposición se mantiene bloqueada en el modo prioridad de diafragma,
claro está. Una pequeña ventanita rojiza incorpora el LED
del autodisparador, muy cerca de la palanca de elevación del espejo.
Al otro lado de la bayoneta, tan sólo el botón de desbloqueo
del objetivo y el conector para cable sincro de flash del tipo PC rompen
la limpieza de líneas en el diseño de la F3.
Visor
y sistema de medición
Como en sus hermanas de la gama profesional
de Nikon, el visor es intercambiable, cosa que a muchísimos fotógrafos
gusta. Asimismo muestra el 100% de la imagen, cosa que tampoco desagrada,
vaya...
Además, tenemos a nuestra disposición 5 modelos de visores
diferentes, y "solo" 14 pantallas de enfoque diferentes. El
visor con el que viene equipada la F3/T es el HP o High Eyepoint, de elevado
punto de mira, 25mm nada menos. Dentro del visor, podemos ver el diafragma
seleccionado directamente en el anillo de diafragmas del objetivo -gracias
a un minúsculo sistema de prismas y espejos- y la velocidad e indicaciones
del fotómetro sobre una pantalla de cristal liquido que desgraciadamente
también es diminuta y de difícil lectura, aunque disponga
de iluminación propia que se conecta mediante un (diminuto de nuevo)
botón rojo en la parte lateral del pentaprisma.
El sistema de medición de la F3 es TTL, y se encuentra bajo el
espejo principal de forma similar a los sistemas de flash TTL. De hecho,
el mismo sensor comparte ambas funciones. El tipo de medición que
lleva la hace una cámara para profesionales, puesto que es un intermedio
entre la ponderada al centro y la puntual y requiere buenos conocimientos
sobre medición por parte del fotógrafo.
Conclusión
La F3 en esta singular versión en
Titanio es una cámara de muy buena reputación y muchos adeptos,
sobre todo entre los fotógrafos más veteranos. Lo tiene
todo: manual, automático, cuerpo robusto, innumerables accesorios
de todo tipo, gama de opticas extensísima, diseño, fiabilidad,
versatilidad, y no se cuantas cosas más. Es una cámara casi
redonda. Tan sólo la zapata para flash y la velocidad sincro un
poco lenta desmerecen, aunque para ser un obturador de recorrido horizontal
no está nada mal.
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