Aunque cada vez más fotógrafos asumen la necesidad y los beneficios de calibrar el monitor para ver correctamente los colores en él, la calibración de la pantalla del teléfono aún está muy lejos de tener una utilidad práctica. Pero tratándose del teléfono más espectacular de todos los tiempos, el famoso iPhone, la cuestión se convierte en un simple pero excitante reto. Calibrar un iPad, en cambio, parece más útil de cara a ver fotos en él. Y es que, si calibrar un monitor tiene su "miga" -la verdad es que no es tan complicado-, calibrar la pantalla de un teléfono es para que a uno le tilden de "friki".

Actualizado 13/6/2011: ahora con los perfiles del iPhone 4, iPad e iPad 2.

Actualizado 1/9/2009
: ahora con los perfiles de todos los modelos (2G, 3G y 3Gs).

Página con color gestionado por perfiles ICC
Página con color gestionado con perfiles ICC


Calibrando el iPad 2 con un EyeOne Pro.

ACTUALIZACIÓN JUNIO 2011: Actualmente poseo un iPhone 4 y un iPad 2, y gracias a un iPad prestado, he podido completar la familia de gadgets de Apple.

ACTUALIZACIÓN OCTUBRE 2009
: Recientemente he cambiado mi iPhone 2G por el iPhone 3Gs, y he repetido el proceso de calibración. Asimismo, he podido calibrar también el modelo 3G, con lo que completo el analisis de todos los modelos. Puedes encontrar los resultados más abajo.


Los tres modelos de iPhone que he calibrado (de izqda a dcha): el original (llamado 2G), el 3G y el 3Gs.

El peculiar teléfono de Apple ya es bien conocido por muchos. Y es que, después de ser elegido como el producto tecnológico más innovador e impactante de los últimos años, muchos esperaban el desembarco oficial del ansiado teléfono para conseguir uno.
Yo pude hacerme con uno en noviembre del 2006 y, aunque sigo con mi PC para el trabajo, he de confesar que ya no quiero ningún otro teléfono aunque tenga más prestaciones, porque este teléfono es verdaderamente útil y fácil de usar.

La gran pantalla permite ver fotografías con calidad, pudiendo apreciar razonablemente bien los detalles y el color (por tratarse de un teléfono). Recordemos que la pantalla de 3,5 pulgadas es panorámica, táctil y multipunto, capaz de mostrar imágenes, en todos los modelos hasta el 4, de 480x320 píxeles a la muy respetable resolución de 163 ppp, más incluso que los 150 ppp de las pantallas portátiles WUXGA (1920x1200) de 15,4 pulgadas.
Con el lanzamiento del iPhone 4 las cotas de definición se duplicaron, literalmente: hasta 960x640 píxeles de tamaño, lo que deja la resolución en unos impresionantes 320 ppp.

La nitidez de la pantalla es elevadísima y se ve realmente bien... pero, ¿cómo es la calidad del color? A simple vista, los colores aparentan ser muy correctos y las fotos se ven con un aspecto muy similar a una pantalla de ordenador...

Pues bien, la única forma de averiguarlo es calibrando la pantalla. En realidad "calibrar" no es el término correcto, puesto que en este caso no se trata de ajustar los controles internos de la pantalla en relación al brillo o contraste, sino de crear un perfil de color, es decir, de "caracterizar" o "perfilar" la pantalla. El objetivo es descubrir cuál es su gama de color para poder optimizar las fotografías al introducirlas en el iphone, de forma que se vean de la mejor manera posible.

Para poder hacer esto se necesita medir, sobre la propia pantalla del teléfono y con un calibrador, cómo se representan los colores y la gama de grises. Y aquí nos encontramos con varios problemas. Uno es que la mayoría de calibradores de monitor tienen un área de medición demasiado grande, mayor que la pantalla del teléfono, lo que provoca mediciones erróneas, como ocurriría con el Spyder2 o el EyeOne Display2.


Diversos calibradores, de izqda. a dcha y de arriba a abajo: Huey, EyeOne Pro, Spyder2 y EyeOne Display2.
El escogido para esta ocasión es el espectrofotómetro EyeOne Pro (arriba a la derecha)

No tuve que pensarlo mucho para decidirme por mi favorito: el EyeOne Pro, un espectrofotómetro de alta precisión equipado con un área de medición muy pequeña, ideal para este cometido. Gracias a esta área de unos 3 mm de diámetro aproximadamente y a su capacidad para captar hasta el más insignificante matiz de color con una tremenda exactitud, es el aparato perfecto para la prueba.


El calibrador EyeOne Pro sobre el iPhone.

Resuelto el problema del calibrador, viene el segundo, más serio: no se puede instalar el programa del propio calibrador en el teléfono, como resulta obvio. El programa EyeOne match (i1 match), que se puede descargar gratuitamente de la web de X-Rite, existe en versión PC y Mac, pero todavía no existe una versión para el iphone... (y mucho me temo que no la habrá por muuuucho tiempo...). ¿Que hacer, entonces?


El EyeOne Pro sobre el iPhone 4.

 

El problema, más que la imposibilidad de correr el programa dentro del sistema iOS, es no poder mostrar los parches de la carta de color en su pantalla para poder medirlos. Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de extraer los parches de la carta de color en archivos aparte e introducirlos en el teléfono. Así podría mostrarlos como si fuesen fotos. De esta forma podría ejecutar el programa del calibrador en el ordenador, con el EyeOne conectado a él, pero leyendo los parches de color en la pantalla del teléfono. Así engañaría al programa i1 match en el ordenador, haciéndole creer que el calibrador está midiendo la pantalla, pero no la suya, sino la del iphone.

El "único" problema sería conseguir esos parches de color, por un lado, y lograr mostrarlos en perfecta sincronización con los que en ese momento esté mostrando en el monitor del ordenador el programa EyeOne Match. Dicho y hecho: un par de búsquedas por aquí y por allá, unos ajustes en Photoshop y ya obtuve los 99 archivos que componen la carta de color que, por cierto, es así:


La carta de colores para calibración de pantallas que he usado con el iphone.

Ahora sólo faltaba practicar un poco la sincronización hasta conseguir ir pasando las fotos en el iphone al mismo ritmo que el programa EyeOne Match las muestra en el monitor.


El iphone mostrando los parches de color necesarios para calibrar su pantalla.

La verdad es que dicho así no parece muy complicado, pero me costo lo suyo...
En primer lugar busqué un programa que hiciese las funciones de un metrónomo (ese aparato que utilizan los músicos y que marca un ritmo constante), pero resulto poco práctico, porque en algunos momentos el i1match se desfasaba. Después de un par de ensayos, la cosa ya parecía que iba a funcionar:


El iphone, listo para ser calibrado con un EyeOne Pro.

 

 
 

 

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