Este invento fue diseñado para ayudar a mejorar notablemente la gama tonal de las copias en b/n, aprovechando mejor la respuesta tonal del negativo.

Gracias al CALIFILM se puede hallar la sensibilidad real de la película (que no suele coincidir con la que indica el fabricante) y el tiempo de revelado idoneo con el revelador usado.

CALIFILM está basado en la sensitometría, ciencia que estudia el comportamiento de los materiales fotográficos. Por ello no se trata de cambiar de película ni de revelador, sino de aprovechar mejor sus posibilidades.

Con ello se puede conseguir un negativo más fácilmente positivable y en la mayoría de los casos un grano más fino. Para conseguirlo sólo hay realizar unas fotos a una pared blanca (de una forma determinada), en un carrete, para revelarlo normalmente.

Para terminar, se comparan visualmente estas fotos con los negativos que incluye el CALIFILM, y con la ayuda de la tabla suministrada se sabe qué correción en la sensibilidad de la película y en el tiempo de revelado se debe aplicar en adelante.

El CALIFILM se probó para películas ILFORD, KODAK y AGFA, pero ya no se comercializa, debido a la poca demanda y al nacimiento de la fotografía digital.