Texto y fotos: Hugo Rodríguez

La ya mítica Rolleiflex SL66 es sin duda una de las cámaras de formato medio con más posibilidades en casi todos los campos de la fotografía ,pero especialmente en los que requieren una mayor técnica.

Esto viene dado por las impresionantes características de la cámara como por el completísimo programa de accesorios que la respalda. Paisaje, retrato, bodegón, interiorismo, fotomacrografía, fotomicrografía, reproducciones, etc...,la SL66 es alumna realmente aventajada en cualquiera de éstas facetas de la fotografía. Y no es para menos, cuenta con las prestaciones que realmente valen: enfoque por fuelle (de 50 mm de extensión), basculajes, cierre de espejo, obturador planofocal con sincro X a 1/30 y velocidad max. de 1/1000 más B; visores, pantallas, objetivos y chasis intercambiables, y todo con la calidad del formato 6x6 y las ópticas Carl Zeiss.

Donde esta cámara se desenvuelve realmente bien es en fotomacrografía. Gracias a su fuelle incorporado y a la posibilidad de invertir la óptica sin necesidad de ningún accesorio(operación ciertamente rápida y sencilla), se consigue un ratio 1 con el fuelle prácticamente recogido y un ratio de 1,5 con el fuelle extendido totalmente y el Zeiss Planar de 80 mm. Si esto es algo que pocas réflex de 6x6 pueden hacer, el mecanismo de basculaje del fuelle verticalmente en ± 8º la convierte en todavía más exclusiva. Gracias a éste basculaje podremos aumentar la profundidad de campo en numerosas situaciones difíciles. Se trata de la ley de Scheimpflug. Desde la mínima distancia de enfoque hasta 2 mt. podremos bascular totalmente, característica que les resultará especialmente útil a los fotógrafos especializados en bodegones.

El enfoque es mediante un preciso mando rotativo y permite 5 vueltas completas al mismo. Además cuenta con una escala de profundidad de campo tan completa como fácil de leer: abarca 4 distancias focales (50, 80, 150 y 250 mm) y desde f2,8 a f45. En el fuelle encontramos una escala de ratios para las para las focales de 80, 150 y 250 mm tanto invertidos como al derecho, así como una escala de basculaje de - 8º a + 8º en unidades de grado.

Otra característica peculiar es que el respaldo de la película lo es indistintamente para 120 y 220. Tan solo tendremos que accionar una pequeña palanquita para elegir entre ambos. Lleva incorporado un contador de fotogramas que también conmuta automáticamente entre 120 y 220. Existen respaldos de 4x4, 6x4,5 (uno apaisado y otro vertical), de película de placas, de Polaroid y hasta respaldo con pantalla de enfoque!.

En el apartado de visores tampoco es manca, 4 visores a nivel de cintura 2 de ellos plegable y otro con lupa de 2,5 aumentos y corrección de dioptrías y otro más con exposímetro. Un último visor de prisma giratorio completa la oferta. existen 5 pantallas de enfoque diferentes claramente diseñadas para las diferentes posibilidades fotográficas.

La gama de objetivos es muy completa y variada, sobrada para satisfacer incluso a los más exigentes. Fabricados por Carl Zeiss, tenemos focales de 30 mm a 1000 mm pasando por 2 objetivos de obturador central, un S-Planar de 120 mm especial para reproducciones, e incluso adaptadores para objetivos Zeiss Luminar especiales para macro que nos permiten llegar a un ratio 20; adaptador a microscopio y adaptador para objetivos de otros fabricantes incluyendo ópticas para ampliadora y ópticas de gran formato.

Harían falta muchas más líneas para poder comentar todas las posibilidades de la SL66, pero sin duda se ve que es una de esas cámaras que reflejan en su diseño y fabricación una filosofía absolutamente coherente y desgraciadamente poco imitada.